Encontrar a Jesús en la vida cotidiana.
El evangelio continúa diciendo que los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
Los pastores de Belén corrieron a ver a Jesús no porque fueran particularmente buenos, sino porque velaban en la noche y, alzando los ojos al cielo, vieron una señal, escucharon su mensaje y lo siguieron”.
El Santo Padre nos enseña que “para encontrar a Jesús es necesario saber alzar la mirada al cielo, no replegarse sobre sí mismo, sino tener el corazón y la mente abiertos al horizonte de Dios, que siempre nos sorprende, saber acoger sus mensajes y responder con prontitud y generosidad”.
También nos recuerda que en la noche de Navidad Jesús se manifestó a los pastores, “hombres humildes y despreciados”. “Fueron ellos los primeros en llevar un poco de calor en aquella fría gruta de Belén”.
Que en esta Navidad estemos muy atentos a las señales que nos traen la buena noticia de Jesús. Que seamos los primeros en descubrir este gran acontecimiento de su Venida-Nacimiento y corramos a adorarlo y contar a todos la Alegría de la Salvación.