Con el comienzo del nuevo curso, son muchos los propósitos, proyectos y programaciones. Aun siendo responsables y queriendo realizar bien nuestro trabajo, no podemos descartar la posibilidad de caer en la misma actitud de los fariseos.
Seguramente, Dios simplemente quiera estar con nosotros, quiera que seamos partícipes de sus maravillas… y nosotros estemos más atentos a cómo le correspondemos, si estamos haciendo bien las cosas o no…es decir, que nos fijemos más en el cómo estoy ayunando, más que en por quién estoy ayunando. Necesitamos renovar nuestro corazón, necesitamos renovar nuestro amor a Dios, sabiendo que Él siempre hace nuevas todas las cosas.