El jueves 20 de junio a las 18:00 tuvo lugar la peregrinación con la que los profesores de religión de la Diócesis de Alcalá de Henares quisieron celebrar la clausura del curso escolar 2023-24.
La convocatoria y recepción de los profesores , se realizó en el jardín de la Catedral- Magistral , donde los profesores recibieron la bendición del peregrino. Este gesto, ha sido un modo de simbolizar que nuestro caminar en este curso que termina, tuvo su comienzo un día en la llamada que Jesús nos hizo un día diciendo: “Ven y sígueme”.
La salida desde la Catedral, representa la unión a nuestro obispo y con él a la Iglesia Universal. También nos recuerda el envío que hemos recibido de la Iglesia.
Hemos recorrido juntos estos últimos pasos del curso dando gracias a Dios por acompañarnos durante este ciclo escolar que llega a su fin. En cada día y cada clase, en cada desafío y dificultad, siempre ha estado a nuestro lado junto a nuestra Madre.
La primera parada tuvo lugar en el Monasterio de Concepcionistas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, que este año celebra un año jubilar extraordinario, con motivo del 450 aniversario de la fundación del Monasterio. La comunidad de religiosas franciscanas , nos acogieron generosamente en su casa y nos acompañaron con sus cantos y oración.
AQUÍ puedes consultar todo lo referente al Jubileo extraordinario, del 20 de abril de 2024 al 20 de abril de 2025.
También nos invitaron a preparar la consagración a la Inmaculada Concepción y a conocer la Ruta Franciscana y a promoverla entre nuestros alumnos.
Damos gracias a Dios por haber podido compartir esta jornada como colegas, como hermanos que dialogan mientras caminan, en una atmósfera de devoción y reflexión en la que el encuentro con nuestros compañeros, se ha hecho presente Jesús y haciendo este camino unidos.
A pesar de la prisa y amenaza de lluvia, también hemos podido experimentar como todo peregrino encuentra en medio de la naturaleza exuberante, un refugio para su espíritu inquieto. La contemplación de la creación nos acerca de un modo especial a Dios. Contemplar la belleza de su obra ayuda a que nuestra oración se vuelva más íntima y profunda, a entablar un diálogo sincero con lo divino.
Hemos terminado nuestro camino en la Ermita de la Virgen del Val, con un corazón lleno de gratitud y alegría. Con la celebración de la Eucaristía , los cánticos y la belleza del lugar hemos recordado la importancia de nuestra madre, ella es la que continuamente nos acerca a su hijo.
Gracias también a los compañeros que después de toda una vida entregada a la educación de los mas pequeños y jóvenes, ahora pueden retirarse a descansar y seguir dando Gloria a Dios de un modo nuevo.